UN ENCUENTRO QUE ENSANCHA LA RAZÓN
Vivimos en un tiempo saturado de respuestas y carente de preguntas, donde se superponen múltiples soluciones a los mismos problemas: desde cómo mejorar las pensiones, cómo responder a una catástrofe inesperada, cómo abordar a una espiral de violencia, hasta cómo mejorar la convivencia en el país. Muchas veces las respuestas a estos complejos temas parten desde una mirada parcial de la realidad: cada una de ellas sin pruebas, pero tampoco dudas, como se dice irónicamente. Cotidianamente se descalifica al otro: se le denomina “mal intencionado” o sencillamente “incapaz de ver la realidad”. Frente a esta parcialidad, nos notamos insatisfechos. ¿Qué podemos obtener de esta saturación de respuestas? ¿Sirve de algo?
Encontrarnos con algo o alguien que ensanche nuestra razón es el punto de partida que proponemos: necesitamos un encuentro vivo que porte consigo un atractivo. El poeta Eugenio Montale expresa esta necesidad en las palabras de un viajero que, ante una travesía cuidadosamente planeada, como si pudiera controlar su destino, reconoce una pregunta fundamental: “Y ahora, ¿qué será de mi viaje? / Demasiado escrupulosamente lo he estudiado / sin saber nada. / Un imprevisto es la única esperanza. / Pero me dicen que decírselo es una estupidez”[1].
Percibimos que necesitamos que algo nos impacte para aclarar la verdadera pregunta que llevamos dentro. “¿Qué será de mi viaje?” ¿Qué nos atrae, más allá de lo que podamos prever de la realidad? Tal vez una respuesta sencilla y original es más revolucionaria que todas las respuestas que nos podamos inventar. La hipótesis que queremos plantear en Encuentro Santiago, como primer gesto o movimiento, es encontrar a otro con la búsqueda sincera de ensanchar la propia razón; es decir: encontrarnos con algo o alguien capaz de ayudarnos a pasar de la búsqueda de respuestas parciales a la gran búsqueda de la pregunta que nos define y su misteriosa respuesta.
Encuentro Santiago es un evento cultural propuesto por un grupo de amigos que, a partir de su experiencia cristiana, quieren desafiarse constantemente a juzgar la realidad. Este año proponemos, como punto de partida, encontrar personas y experiencias en las que intuimos la posibilidad de una apertura excepcional de la razón, proponiendo que el encuentro con el otro es un bien para cada uno de nosotros y para nuestra sociedad.
[1] Montale, E., citado en Giussani, L. (2008). El yo, el poder y las obras. Encuentro.